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EL ENCUENTRO (2012)

Un fragmento de El encuentro de F. Morales Lomas:

 

ACTO ÚNICO

 

           (Un HOMBRE acaba de realizar su jornada laboral y, tras la siesta, se encuentra descansando en su cuarto en el hostalito de la localidad que esa semana le ha tocado visitar. Es un viajante de una empresa de taladros que pasa de los cuarenta.  Se encuentra desasosegado y cambia los canales de televisión con el mando mientras lee un periódico local que alguien le ha entregado hace unas horas. En los anuncios por palabras  de pronto tropieza con uno que le llama la atención: SHEREZADE. LAS MIL Y UNA NOCHES. Se ofrece señorita para cuidar alma y cuerpo. Buena presencia. Limpia. Aceptamos tarjeta de crédito. Teléfono… Se queda pensativo. No olvidemos que es un hombre que se aburre y a los hombres hastiados solo les da por pensar en suicidarse o en mujeres de vida alegre. Decide llamar por teléfono. Nada pierde. ¿O sí?)

 

HOMBRE.- ¿Sherezade?

SHEREZADE.- Sí, dígame.

HOMBRE.- ¡Qué nombre tan bonito, Sherezade!

SHEREZADE.- Sí, dígame.

HOMBRE.- ¿Usted es la del anuncio?

SHEREZADE.- Sí señor, dígame.

HOMBRE.- Verá. Es que estaba aquí en la habitación del hostal un tanto aburrido, esa es la verdad…

SHEREZADE.- ¿Y…?

HOMBRE.- Pues, la verdad no es que a mí me guste mucho esto… Ya sabe…

SHEREZADE.- Sí, claro que lo sé. ¿Está casado?

HOMBRE.- ¿Qué directa es usted? ¿Cómo lo sabe?

SHEREZADE.- No lo sé. Le pregunto.

HOMBRE.- Sí, sí, estoy casado a Dios gracias. Pero eso no le impedirá venir… (Irónico.) Lo listas que son ustedes. Dan en el blanco enseguida. Mucha mundología.

SHEREZADE.- Sí, claro. A mí me da igual si está casado o no. Es por abrir diálogo. Así se rompe el hielo. Dígame qué quería. ¿Le interesan algunos de nuestros servicios?

HOMBRE.- Yo, la verdad es que no soy como parece. Quiero decir que yo…

SHEREZADE.- ¿Es la primera vez?

HOMBRE.- ¿La primera vez dice?

SHEREZADE.- Sí.

HOMBRE.- Bueno, no, la primera vez que estoy con una mujer no. Ya le he dicho que estoy casado…

SHEREZADE.- Quiero decir con una mujer de compañía.

HOMBRE.- (Sonríe nerviosamente.) Todas las mujeres son de compañía.

SHEREZADE.- ¿Cómo?

HOMBRE.- Bueno, no. No es eso lo que quería decir exactamente. Lo que yo quiero decir es que todas las mujeres dan compañía.

SHEREZADE.- Ya.

HOMBRE.- Yo es que…

SHEREZADE.- ¿Es usted tímido?

HOMBRE.- Bueno, sí. Digamos que sí. Bueno, al principio. El caso es que decir tímido, lo que se dice tímido, no soy. Ya ve, soy viajante. Si un viajante fuera tímido…

SHEREZADE.- (Cortándolo.) Perdone, tengo que atender otras llamadas. Si desea nuestros servicios, dígamelo y en unos minutos me encuentro en el lugar que me indique.

HOMBRE.- Sí, bueno, me parece bien, pero…

SHEREZADE.- … Dígame dónde se halla.

HOMBRE.- Hombre, a mí es que no me gusta que la cosa sea así… quiero decir tan brusca. Me gusta que previamente haya algo más.

SHEREZADE.- Si lo desea así yo tengo que considerar que esta conversación forma parte ya de mi tiempo y, por tanto, tendría que abonarla.

HOMBRE.- Bueno, sí, pero cuánto cobra por hora.

SHEREZADE.- Las tarifas han bajado mucho con esto de la crisis. Pongamos que cincuenta por hora.

HOMBRE.- No está mal, me parece razonable. Para ser una profesión tan cualificada, diríamos que es hasta barato.

SHEREZADE.- Si quiere le puedo cobrar algo más.

HOMBRE.- Bueno, hombre, no estoy para tirar el dinero.

SHEREZADE.- Entonces, desde este mismo instante mire su reloj.

HOMBRE.- Lo miro.

SHEREZADE.- ¿Tiene las siete y quince minutos?

HOMBRE.- Bueno, no. Tengo las siete y veinticinco minutos.

SHEREZADE.- ¿Cómo y veinticinco minutos?

HOMBRE.- Sí.

SHEREZADE.- (Repite.) ¿Y veinticinco minutos?

HOMBRE.- Oiga eso es lo que marca mi reloj.

SHEREZADE.- Pues su reloj debe de estar mal.

HOMBRE.- (Afectado.) A lo mejor el que está mal es el suyo.

SHEREZADE.- Yo le puedo garantizar que el mío está bien.

HOMBRE.- Y yo le puedo garantizar que el mío también.

SHEREZADE.- Tenga en cuenta que nosotros trabajamos contrarreloj.

HOMBRE.- ¿A mí me va a decir lo que es trabajar contrarreloj?

SHEREZADE.- ¿Usted no tiene algún otro sitio donde comprobar la hora?

HOMBRE.- Sí.

SHEREZADE.- (Expeditiva.) Pues, compruébela.

HOMBRE.- Espere un momento. (Cambia de canal la televisión.) Ve. Llevo yo razón.

SHEREZADE.- ¿De qué?

HOMBRE.- De que son las siete y veinticinco.

SHEREZADE.- Claro.

HOMBRE.- Entonces por qué se empeña en discutirlo.

SHEREZADE.- Hombre, es que ahora, después de estar hablando diez minutos con usted ya si son las y veinticinco.

HOMBRE.- Lleva usted razón.

SHEREZADE.- No se preocupe.

HOMBRE.- Ahora caigo.

SHEREZADE.- ¿Qué?

HOMBRE.- Es que lo llevo adelantado.

SHEREZADE.- Hombre, por fin. Es usted un poco despistado.

HOMBRE.- Sí que lo soy. Siempre lo llevo adelantado para no llegar nunca tarde a ningún sitio.

SHEREZADE.- Es usted muy puntual.

HOMBRE.- Pues no.

SHEREZADE.- ¿Entonces?

(…)

NOTA DE PRENSA DE DIARIO GRANADA HOY SOBRE LOS GANADORES DEL PREMIO:

https://www.granadahoy.com/ocio/Salas-Tejada-Humanes-Moreno-Arenas_0_545346000.html